Sacudido de polo a polo, el mundo se cerró y se agitó mientras la Guerra de Dios de los Primigenios y los Primeros Guardianes continuaba. Enormes cráteres surgieron de sus batallas hasta el día en que rompieron el planeta hasta su núcleo. El poder desgarrador de la tierra liberado por los dioses que luchaban abrió una fisura tan profunda que el planeta mismo resultó herido. De su sueño, la madre tierra, Vemana, fue despertada, su mirada fija en la Reina de Ixmiquí, cuyo poder antinatural había sido robado a los elementos del sol y el rayo. Vemana cayó sobre la Reina de Ixmiquí como un deslizamiento de tierra, dejándola inconsciente antes de continuar con su furia.
El Dios de Vemana es un monstruo con un enfoque de Sacrificio y Recurrencia que puede unirse a cualquier fuerza Destructora. En su forma alfa, Vemana usa su energía primordial para transmutar a sus enemigos en secuaces de los Antiguos. Cuando está herida, la Diosa de Vemana puede sacrificar sus creaciones para curarse a sí misma. Y en forma hiper, sus unidades se convierten en Wood Wraiths, que buscan y destruyen presas agresivamente. Cuando un monstruo enemigo tiene la mala suerte de estar cerca de una de las sombras de Vemana, puede acabar con su unidad y aprovechar su esencia como arma para debilitar a sus enemigos.
