Aunque la mayoría de las fuerzas de infantería enviadas por el ejército real húngaro en 1944-1945 no estaban endurecidas en combate, había algunas unidades experimentadas después de 3 años de lucha en el frente oriental. Las Divisiones de Infantería del Primer Ejército húngaro habían luchado recientemente en la defensa de Galicia a principios de 1944, y harían un buen uso de su experiencia, como la 25ª División en la Batalla de Tordá y la 10ª División dentro del bolsillo de Budapest.
Un pelotón de fusileros húngaro no estaba tan bien entrenado en tácticas de infantería como sus camaradas alemanes, ni poseía su potencia de fuego. Aunque, con 3 secciones de 13 hombres, los magiares tenían una ventaja en la mano de obra, y la emisión de panzerfaust modernos les dio una oportunidad contra los tanques soviéticos que sus compatriotas en el río Don en 1942 no tenían.
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